Capítulo 826
La fábrica era enorme, y hasta entonces ella solo había explorado la zona más periférica.
Con el arma en mano, recorrió el lugar durante un rato hasta que se cruzó con Emilio, que también estaba de patrulla. Ambos se miraron un instante y luego apartaron la vista en silencio.
Al parecer, los dos habían tenido la misma idea: aprovechar aquella identidad para averiguar qué ocultaba la fábrica.
A Lorena le resultaba muy difícil entender lo que decían aquellos hombres, pero por suerte todos los que trabajaban allí provenían de distintos lugares del mundo, y entre ellos había también gente de Llanoazul.
Durante el descanso, entabló conversación con un hombre de Llanoazul que también estaba de patrulla.
—Número 107, ¿por qué dices que últimamente muere tanta gente?
Allí no existían nombres, solo números.
Lorena era la número 211.
El 107 la miró de reojo y bajó la cabeza para seguir comiendo.
Lorena estaba a punto de insistir, cuando lo oyó preguntar: —¿Cómo lograste colarte aquí?
La fuerza c

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