Capítulo 918

Alejandro siguió la dirección de su mirada y, al ver a Andrea, se estremeció por completo. Rubén no sabía con exactitud qué había pasado entre los dos, pero al recordar las lágrimas de Alejandro en el reservado, lo empujó y lo llevó directamente frente a aquellos tres. El rostro de Cecilia mostraba cierta incomodidad, pero aun así los siguió y saludó con dulzura: —Andrea, no esperaba encontrarte aquí. Andrea no miró a Alejandro; apenas asintió levemente y luego le preguntó a Lorena: —¿Te gusta este bolso? Te lo compro, como agradecimiento por haberme resuelto el problema. Ninguno de ellos carecía de dinero. Lorena le echó una mirada; el color le parecía bastante bonito, y justo cuando iba a asentir, Cecilia intervino. —Andrea, escuché que tu empresa ha ganado mucho dinero. Tus socios son todos hombres, ¿te dan dividendos tan generosos? Antes, cuando esos hombres cooperaban con mujeres, siempre intentaban quedarse con la mayor parte. Este bolso cuesta cuarenta y cinco mil dólares, no es