Capítulo 946
Apenas Ariel soltó la maldición, Lorena retiró la mano con la que sostenía su rostro, miró al encargado y dijo: —Ya lo confirmé, es pequeño.
La capacidad psicológica de Ariel era realmente pésima; tras apenas unas rondas, ya había dejado ver sus grietas. Cuando Lorena mencionaba "pequeño", su cuerpo entero se tensaba de una manera distinta y en sus ojos se notaba un profundo pánico; en cambio, cuando hablaba de "grande", se mostraba agitado y eufórico.
Lorena había creado deliberadamente aquella atmósfera de tensión solo para que él dejara escapar la respuesta.
No esperaba que Ariel fuera tan incompetente.
Ella soltó un bostezo y esperó a que el encargado levantara el cubilete frente a ella.
Ariel se había ajustado a las reglas del casino, en especial al movimiento de agitar los dados, que resultaba muy formal, tanto que incluso los presentes podían deducir el número de puntos dentro; solo un completo principiante no lo habría notado.
Ahora que Lorena había adivinado correctamente, ya

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