Capítulo 51
Alonso permanecía inmóvil bajo la lluvia; el agua empapaba su cabello ensortijado, y aun así no lograba opacar la elegancia de sus facciones.
Las gotas que se desprendían de sus mechones resbalaban por sus pómulos hasta perderse por completo en la tela de la camisa blanca.
Su mirada conservaba el desprecio propio de un hombre en la cima. —Primero, no me importa quién seas, siempre encontraré la manera de hacerte callar. Y segundo, ¿eres Gustavo o...?
Las palabras siguientes nunca llegaron a salir de sus labios.
Ese día, de pronto, el círculo social estaba lleno de rumores: decían que Marcos no había muerto, que en realidad el difunto era Gustavo.
Aunque tales habladurías parecían absurdas, el hecho de que existieran implicaba que había alguna causa detrás de todo esto; los chismes, muchas veces, guardaban una pizca de verdad.
Alonso entrecerró los ojos, evaluando con detenimiento al hombre frente a él. Según lo que conocía de Marcos, la persona que tenía delante debía de ser él.
Despué

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil