Capítulo 889
Falric se acercó a Samuel y dijo: —Samuel.
En ese momento, Inés también salió y preguntó: —Samuel, ¿por qué viniste?
Samuel miró a Inés y respondió con voz suave: —Estabas tomando mucho tiempo, me preocupé y salí a buscarte.
Falric intervino, animado: —Inés, Samuel se preocupa por ti.
El rostro de Inés se iluminó de alegría: —Falric, no bromees. Samuel, volvamos.
—De acuerdo.
Samuel acompañó a Inés y a Falric, y juntos se dirigieron de regreso, pasando junto a Camila sin expresión alguna en su rostro.
Camila se quedó petrificada en el lugar; ella y Samuel se habían convertido ahora en los extraños más cercanos.
Con la espalda apoyada contra la pared, sus ojos comenzaron a enrojecerse. Aunque intentó contenerse, lágrimas ardientes y cristalinas resbalaron por sus mejillas.
Perder a Samuel era un dolor insoportable.
...
Camila regresó a casa y se durmió de inmediato. Desde que estaba embarazada, el sueño la vencía con facilidad.
Al día siguiente, como había acordado, fue a la universidad

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