Capítulo 911
Camila torció el rostro por el dolor.
Samuel se apoyaba con pasión sobre ella, besando su nívea y pequeña oreja, —Camila, ¡este es el castigo que te doy!
Pero Camila mordió el hombro de Samuel.
Los ojos de Samuel estaban teñidos de un rojo intenso y lujurioso; sujetó las dos muñecas de Camila y comenzó a moverse con firmeza.
Camila no sabía cómo había vuelto a dormir en la misma cama con Samuel; ya se habían separado, y ahora, de manera inexplicable, se enredaban de nuevo.
Él acababa de volver de una cita con Eva.
Camila se sentía en ese momento indispuesta; estaba embarazada, y en los primeros tres meses no debía tener relaciones íntimas tan intensas; temía por el bebé.
—¡Samuel, suave, me duele!
Samuel no quería mostrar clemencia alguna hacia Camila; ella lo había engañado una y otra vez, y camino de regreso ya había decidido cómo la castigaría.
Samuel sonrió con ironía, con la voz rasposa, —¡Si te duele, pues aguántalo!
Camila cerro los ojos con dolor, —Samuel, realmente me duele, n

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