Capítulo 18
Carolina se estremeció. Los proyectos conjuntos entre el Grupo González y el Grupo Martínez eran operaciones capaces de sacudir el mercado financiero, y Ricardo acababa de ofrecer todas las ganancias.
Retrocedió unos pasos, marcando cierta distancia entre ella y Álvaro.
Álvaro, como presidente del Grupo González, no podía rechazar una propuesta tan grande.
Sin embargo, Álvaro soltó una breve risa helada: —Ricardo, das pena.
Su voz sonó firme y clara: —Mis sentimientos por Carolina y Diego son sinceros. La amo, quiero casarme con ella y cuidar de Diego toda la vida.
Tomó la muñeca de Carolina y entrelazó sus dedos con los de ella: —Ni siquiera me interesa el Grupo Martínez. ¿Viste el desplome de tus acciones? ¿Quién querría asociarse con un hombre sin principios?
Ricardo dio unos pasos torpes hacia atrás. Al ver las manos entrelazadas de ambos, sus ojos se llenaron de celos y locura.
—¿Y qué importa? ¡Carolina me ama a mí, y Diego es mi hijo! ¿Tú qué eres? ¡Nosotros somos una familia de

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