Capítulo 16

El sonido de un pitido surgió del chip, el cuerpo de Adelfo se tensó, se dio la vuelta y se dirigió hacia la ventana para responder la llamada. A medida que pasaba el tiempo, el rostro de Adelfo se iba tornando cada vez más serio, y de vez en cuando miraba a Adelaida. Adelaida tenía un mal presentimiento en su corazón. Lo que dijo Carmina probablemente era cierto, pero ella misma no era una espía de los Zergs. Sin embargo, ahora con la situación en curso... —¿Qué pasa? ¿Por qué todos están tan serios?—Leocadio bajó por las escaleras desde el segundo piso. Carmina retrocedió un poco, visiblemente cautelosa. Temía que Adelaida realmente fuera una espía de los Zergs, lo que podría hacer que un Leocadio apaciguado terminara enloqueciendo. —Adele, señorita Carmina, ¿qué pasa? Al ver que Adelaida no decía nada y que Carmina lo miraba con desconfianza, Leocadio se rascó la cabeza. —No pasa nada, no es nada. Ella dijo que soy una espía de los Zergs,—dijo Adelaida de manera directa. —¿Eres una