Capítulo 6

Los tres bajaron las escaleras mientras se vestían apresuradamente; las fotos en tendencias les habían hecho pasar una gran vergüenza. A lo largo del camino, mucha gente los señalaba y murmuraba chismes. Cuando regresaron a la habitación privada del hospital, Abelardo tenía el rostro sombrío. Julia, completamente aterrada, se jalaba el cabello con fuerza. —¿Qué vamos a hacer? ¡Ese era Arturo de la familia Valdez, la más rica de todas! ¡Estamos perdidos, completamente arruinados! Miguel, tras reflexionar brevemente, fingió estar relajado y pasó el brazo por los hombros de Abelardo. —No pasa nada, Abelardo. Ese Arturo no está enamorado de Patricia, ¿cierto? Con un par de palabras de ella, seguro cambia de opinión. —Además, ella te quiere muchísimo. Seguro estará encantada de ayudarte. —Entonces ustedes pueden aprovechar la ocasión para reconciliarse, ¡y asunto resuelto! Al ver que los hermanos de la familia Medina seguían nerviosos, Miguel continuó consolándolos. —¿En serio no vino Patri