Capítulo 386
¡El hombre sentado en medio del sofá dentro del reservado no era otro que Andrés!
Al principio, Andrés no levantó la vista hacia la puerta.
Fue Óscar quien notó de inmediato la reacción extraña de Carolina y preguntó con cierto desconcierto: —¿Qué pasa? ¿Por qué te detuviste?
Carolina quiso huir, pero Óscar la sujetó. —¿Huir de qué? ¿No querías salir del país?
Ese movimiento llamó algo la atención, y algunas personas voltearon a mirar.
Alguien reconoció a Carolina y exclamó sorprendido: —¿No es ella Carolina? ¿Por qué la trajiste?
Carolina había difamado a Luisa en las redes y había incitado a sus seguidores a acosarla una y otravez, lo cual se había vuelto un escándalo bastante sonado.
Numerosos hijos de familias adineradas en Puerto Bella, que antes no conocían a Carolina, se enteraron de ella por ese asunto.
Al oír el nombre "Carolina", Andrés levantó instintivo la mirada.
Esa mirada, afilada como una daga, destelló con un escalofriante resplandor.
El corazón de Carolina dio un vuel

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