Capítulo 15

Yo nunca había imaginado que él llegaría a romper la relación de adopción con mi abuelo materno. Alcé la cabeza para mirarlo y, en el reflejo de sus pupilas, vi la expresión de sorpresa que tenía en la cara. Él pareció divertirse con mi reacción y, como solía hacerlo antes, me pellizcó suavemente la mejilla. —Espera. Aparté su mano y, sin poder creerlo, se lo confirmé. —¿Hablas en serio? ¿Sabes lo que significa lo que acabas de hacer? Pablo retiró la mano con calma. —Lo sé. Ya no soy el heredero de Grupo Ventisca, solo soy un subordinado del señor Ignacio. —Entonces tú… Ni siquiera terminé la frase cuando Pablo continuó hablando: —Pero eso no importa. Lena, el señor Ignacio aún tiene a su nieta. El lugar de heredera de la familia Ruiz también puede ser tuyo. No me sorprendía que el abuelo quisiera darme el puesto de heredera. Pero jamás habría imaginado que él escogería renunciar voluntariamente a su identidad de heredero. La familia Ruiz era la familia más rica de Chicago, y Pablo era