Capítulo 18
Amelia se sobresaltó y giró la cabeza para mirarlo.
El perfil de Cipriano se veía algo más suave bajo la luz de la noche. Miraba al frente y continuó hablando: —Hace muchos años, en la pista de carreras de Piedraplata, te vi. ¿Cuántos años tenías entonces? ¿Diecisiete? ¿Dieciocho? Fuiste con tu padre y esa hermanastra que trajo tu madrastra. Aquella hermana tuya lo hizo a propósito, quería que hicieras el ridículo. ¿Y tú qué hiciste?
Soltó una leve risa, teñida de recuerdos. —Montaste el caballo y saltaste el obstáculo, le ganaste a ese tipo que se burlaba de ti. Y encima lo hiciste sonriendo, con esa arrogancia tuya, tan hermosa sobre el caballo. En ese momento pensé: esta chica... Tiene algo especial.
Amelia quedó completamente atónita.
Ese episodio, casi lo había olvidado por completo. No esperaba que alguien lo recordara, y mucho menos de esa manera.
—Qué lástima —suspiró Cipriano, con un dejo de melancolía—. En ese entonces, tú solo tenías ojos para Gabriel, ese tipo hipócrita que

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