Capítulo 225

No era un santo, pero estaba decidido a mantenerme en mi lugar en la medida de lo posible. No debería haber descargado mi ira y estrés en él después de que se esforzara tanto por ayudarme. Por mucha influencia que tuviera, debió de costarme un poco, si no mucho, dar a conocer mi trabajo de esa manera. —Te lo dije hace un momento, está bien —dijo Osirio rotundamente. —No, no lo es… —murmuré. Osirio negó con la cabeza, y probablemente pensó que era muy testaruda. Quizás lo era. “La próxima vez, si te resulta difícil hablar conmigo, puedes empezar enviándome un mensaje de texto”, sugirió Osirio. “Pero no es lo mismo…” repliqué. “Claro que no es lo mismo, pero es bueno empezar por algún sitio”, respondió. —No. No voy a tomar la salida fácil. Seguiré hablando contigo... hasta que... lo entienda... o me acostumbre... —dije con determinación. Sin embargo, todavía me resultaba difícil sostener su mirada cuando teníamos conversaciones difíciles como estas, y descubrí que mi mirada se desviaba a