Capítulo 17
¡Puf!
Manuel se llevó la mano al pecho de repente; un sabor metálico le subió a la garganta y tosió violentamente, escupiendo un chorro de sangre.
La sangre tiñó de rojo sus pálidos dedos y el pecho de su caro traje.
La verdad, como la más cruel de las ejecuciones, lo desgarró pedazo a pedazo.
Resultó que todo ese tiempo había odiado a la persona equivocada.
Un remordimiento y una desesperación inmensos lo devoraron por completo, como un tsunami.
Se había equivocado.
Terriblemente.
Irremediablemente.
Soltó una risa baja, ronca y quebrada, cargada de burla y de una locura infinita.
Pero las lágrimas, incontrolables, se deslizaron desde las comisuras enrojecidas de sus ojos.
Alzó lentamente la cabeza y miró a Nuria frente a él; la última chispa de calidez en su mirada desapareció por completo.
—Llévensela. —Su voz sonó aterradoramente tranquila, lo bastante como para helar la sangre.
—Envíenla al sanatorio de Venturis. Díganle al director, que la atienda bien.
—Y esas manos que tan bien

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil