Capítulo 49
Antonio respondió con una sonrisa: —Sí, vine a divertirme un rato.
Sergio asintió: —Que lo disfrutes.
—Lo haré —contestó Antonio.
—Ajá.
Tras aquel breve y distante intercambio de cortesías, Antonio pasó un brazo por la cintura de su acompañante: —Nos vemos, hasta luego.
Sergio inclinó levemente la cabeza, observando cómo Antonio se alejaba.
Cuando la mujer que lo acompañaba pasó junto a Clara, le dirigió una mirada cargada de significado. Clara, por su parte, le devolvió una sonrisa enigmática, imposible de interpretar.
En ese momento, Daniel regresó apresurado después de atender una llamada: —Surgió un asunto urgente. Tengo que irme esta misma noche. Clari, no podré llevarte a casa.
Clara agitó la mano con serenidad: —Ve, y atiende tus cosas.
Con un breve "adiós a todos", Daniel se marchó sin mirar atrás.
Pablo se ofreció enseguida: —Señorita Clara, ¿dónde vive? Puedo llevarla en mi carro.
Sergio, con el rostro impasible, apagó de inmediato su entusiasmo: —Has bebido, y no puedes cond

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