Capítulo 55
—Tú tienes tu círculo social y yo tengo el mío. Fuera de esta cama, somos completos desconocidos.
—El día que quieras casarte con otra mujer, buscaré la forma de dejarles el espacio libre. Pero con una condición...
Clara se inclinó hacia su oído y le susurró con un tono de advertencia: —Lo que pasó hoy, no quiero que vuelva a repetirse.
Sergio, empujado bruscamente, no se enojó; por el contrario, sonrió con cierta ironía: —Clara, cuando dije que jamás podría enamorarme de ti, ¿te molestaste?
Clara arqueó una ceja: —Dame una razón para enojarme.
—¿Amelia te parece suficiente?
Sergio estaba ebrio, pero no lo suficiente como para perder la lucidez.
Sabía muy bien que Clara había humillado a Amelia varias veces en la 1908 del Club Oasis. Más allá de los resentimientos personales, lo que había detrás era una mezcla de celos y desprecio hacia su hermana.
Clara soltó una risa desdeñosa: —Una mujer tan mediocre, que solo sabe tramar intrigas a escondidas... ¿qué otra cosa podía hacer además de

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