Capítulo 54

Camila no sabía nada de todo esto. Bajo la vigilancia atenta de Baltasar, ella le "ayudó" a Raúl a terminar la tarea. Después de lo que había sucedido justo antes, Raúl se volvió más dócil, incluso entregaba de manera voluntaria la tarea terminada para que Baltasar la revisara. Parecía tan orgulloso que casi movía la cola como un perrito. Baltasar, como si no viera la expresión de ansias de aprobación en su rostro, le dijo a Camila con suavidad: —Hoy trabajaste demasiado. Dile al chef de la cocina lo que quieras comer y él lo preparará. Raúl se ensombreció, mostrando un dejo de queja. Camila sonrió feliz. Entonces Baltasar echó un vistazo a Raúl y, con autoridad, evaluó: —¿Escribiste con los pies estas letras tan horribles? Raúl no respondió. Su expresión se volvió aún más melancólica. Por la noche, Camila se preparaba para ir al dormitorio de Baltasar, para ayudarlo a entrar en estado de sueño. De pronto Baltasar apareció vestido con un abrigo negro de corte táctico, con una postura a