Capítulo 16
La noticia de que Eduardo buscaba con tanto empeño información sobre Isabel en Sieramar se difundió rápidamente entre el círculo social de Valmora.
Para aquella gente, todo aquello era un gran chiste.
Que el orgulloso señor Eduardo, de la familia Martínez, hubiera ido a una pequeña ciudad a insistir sin descanso por una mujer a la que él mismo había desechado.
Todas esas palabras llegaron a oídos de Rosa.
Ella no lo creyó, y tampoco lo aceptó.
¿Con qué derecho aquella sustituta podía lograr que Eduardo llegara hasta semejante extremo?
En el corazón de Rosa ardía un fuego intenso.
Sentía que le habían arrebatado algo que le pertenecía.
De inmediato compró el primer billete de avión y viajó a Sieramar.
No fue a buscar a Eduardo, sino que primero envió a alguien a investigar todo sobre Isabel y José.
Cuando supo que José había sido quien había curado la mano de Isabel y que casi siempre estaban juntos, el fuego dentro de ella ardió con más fuerza.
Tenía en sus manos un plan muy poderoso.

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