Capítulo 1189

Lucille se quedó sin palabras. No hizo nada, ¿verdad? En ese momento, la puerta del salón se abrió desde afuera. Cuando Frank entró, vio a Lucille sentada a la mesa comiendo mientras un camarero ayudaba a servir los platos. Como Lucille no podía ver, siempre pedía ayuda al camarero para conseguir comida. Nada parecía fuera de lo normal. Frank se recompuso y se sentó junto a Lucille. "¿Está rico?" Lucille, que no podía saborear la comida, respondió con indiferencia: "Está bien". Después de comer dos trozos pequeños de pastel, Lucille dejó la cuchara. Frank, pensativo, le entregó una servilleta y le dijo con dulzura: "Bobo, ¿te gustaría acompañarme a conocer a unos invitados?" Inconscientemente, Lucille miró en otra dirección y luego respondió: "Está bien". Frank tomó la mano de Lucille y la guió fuera del salón de banquetes. Lucille podía sentir una mirada ardiente casi fija en ella desde atrás que no se apartó ni un momento. La puerta del salón de banquetes se cerró lentamente. Nadie s