Capítulo 1217

Él debe haberse ido. Lucille sintió que el alivio la invadía mientras intentaba alcanzar su secador de pelo. Sin embargo, justo antes de que lo tocara, un par de manos pasaron junto a ella. La voz baja y agradable de Joseph resonó por encima de ella: "Permítame". Lucille apretó los dientes y dijo bruscamente: —Por el amor de Dios, Joseph, ¿por qué sigues aquí? —Ay —Joseph hizo como si sintiera dolor. Sonaba como una mujer de sangre fría que tira algo que ya no le sirve. La hizo sentarse rodeándola con los brazos por los hombros. Luego procedió a encender el secador de pelo, moviendo sus finos dedos suavemente por su cuero cabelludo, secándole el cabello con cuidado y precisión. Incapaz de resistirse, Lucille decidió disfrutar de su atención. Debe admitir que se sintió bastante cómoda. Ella bostezó. El aire húmedo que reinaba en la prisión de agua durante su encarcelamiento, sumado a su falta de sueño, la hacían sentir increíblemente cansada en ese momento. Poco a poco se fue quedando d