Capítulo 123
El quebranto de Alexia la hacía reaccionar con más lentitud de lo habitual. Levantó la cabeza para mirar al hombre y un rayo de sol iluminó sus facciones viriles, haciéndolo lucir aún más amable de lo habitual.
Al ver que ella lo contemplaba sin moverse, acercó la cuchara a su boca y le dio unos suaves golpecitos en los labios. Alexia volvió a sus sentidos, abrió la boca y tragó la sopa. Enseguida, él recogió otra cucharada y ella obedientemente siguió comiendo. Mientras lo hacía, supo que él tenía razón, no estaba caliente.
Su malestar era bastante serio y la hacía sentir muy incómoda. Su cabeza seguía dando vueltas y después de aceptar la primera cucharada de sopa de la mano de Damon, no tuvo fuerzas para resistir más.
Ninguno de los dos hablaba, y el silencio se instaló en la habitación. Damon le dio de comer hasta que la sopa se acabó y fue solo entonces que Alexia habló para decir: "Gracias".
La fiebre había coloreado de carmín sus pálidas mejillas, y sus ojos castaños estaban irr

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