Capítulo 49
Después de levantarse, Elena se arregló un poco y, al salir de la habitación, vio a Laura tirada en el sofá del salón, comiendo botanas y viendo entretenida la televisión.
Al escuchar el ruido, Laura se levantó a toda prisa.
—¿Tienes hambre? Te cociné unas pastas. Ven a comer algo primero y luego regresa a descansar.
Elena preguntó con cierta curiosidad: —¿Hoy no tienes que trabajar?
—¿No ves que estás herida? Pues tengo que quedarme contigo, ¿no crees?
Mientras hablaba, Laura ya había ido a la cocina y regresado con un plato de pastas, que colocó entusiasta frente a ella: —Come rápido, luego descansa un rato. Cuando hayas descansado lo suficiente, te llevo a comprar un celular nuevo.
—Quizás en un rato tenga que salir.
—¡¿Salir?! ¿A dónde vas?
—Antes participé en una actividad de voluntariado de la escuela. Quise pedir permiso, pero la presidenta no me dejó, así que...
—¿Estás loca? ¿Ni siquiera puedes caminar bien y aun así vas a hacer de voluntaria? ¿Qué clase de escuela es esa? ¿¡S

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