Capítulo 93
Después de un momento, Elena escribió con determinación un mensaje en su celular:
[No quiero dejarlo así, al menos necesito aclarar el malentendido entre nosotros.]
Laura respondió: [Está bien, eres terca.]
Aunque lo dijo de esa manera, Laura pronto envió otro mensaje.
[Voy a pensar en otra solución para ti.]
Elena dejó el celular a un lado, con un semblante sombrío.
Ricardo, notando su preocupación, preguntó:
—¿Qué te pasa?
—Estoy pensando... ¿Cuánto tardará en sanar tu pierna?
—¿Te preocupa eso?
—Me preocupa que tu pierna no se cure nunca y termines sacándome dinero.
—¡Ah, lo descubriste!
Elena, a pesar de todo, soltó una carcajada y le lanzó una mirada irónica.
—
La noche cayó.
Solo la luz del despacho del jefe permanecía encendida.
Miguel aún no había salido de la oficina.
Su celular vibró.
Al mirar, vio que era una llamada de su madre; dudó por un momento, pero finalmente decidió contestar.
—¿Hola?
—¿Tienes tiempo este fin de semana? Tu tía María quiere presentarte a una chica. He

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