Capítulo 13
Lourdes se quedó paralizada al ver a la persona frente a la puerta.
—¿Tú?
—¿Quién pensabas que era? —Roberto entró sin dudar.
Aunque el interior era muy pequeño, estaba decorado con calidez.
En el balcón crecían muchas plantas, y en la habitación había una bañera decorada como una pecera para peces dorados.
—¿Por qué es tan pequeña esta casa?
Aunque en realidad le agradaba, sus palabras sonaron despectivas.
Lourdes estaba satisfecha con la decoración, al fin y al cabo, era su campo profesional.
Al oír esas palabras, no pudo evitar poner los ojos en blanco y murmuró:
—Si te parece pequeña, entonces no vengas...
—¿Qué dijiste?
Roberto, al parecer, no la escuchó bien y se giró a preguntar.
—Nada, ¿quieres tomar algo?
Lourdes forzó una sonrisa y cerró la puerta.
—Esto... —Roberto tosió ligeramente—. La decoración está bastante bien.
—Quieres café, ¿verdad?
Lourdes fue a preparar el café, y sus pensamientos regresaron a años atrás.
En ese entonces, su padre había caído al suelo del coraje.

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil