Capítulo 285 Respuestas
Mónica, titubeante y sin poder continuar, se sintió abrumada, y sus ojos se enrojecieron.
Sergio, conteniendo sus deseos internos y con una mirada brillante, levantó a Mónica sobre sus piernas y dijo con suavidad: —Mónica, no te haré daño; lo de antes fue un impulso de mi parte, lo siento.
Mónica, tranquilizada por su suave voz, sintió cómo sus orejas se enrojecían y su cuerpo se relajaba cada vez más, sin resistirse, sino encontrando una posición cómoda apoyada en su pecho.
Después de compartir la cama por medio mes, despertándose cada día en sus brazos, Mónica, que no tenía un corazón de piedra, no pudo evitar sentirse conmovida.
Hoy, percibió sutilmente algo diferente en Sergio; al principio se sintió nerviosa, pero rápidamente aceptó este descubrimiento.
Sergio...es bueno, y vivir con él toda la vida no parece una mala idea.
Lo más importante era que él la respetaba y cuidaba de verdad.
Incluso si él se dejó llevar por un impulso y la besó sin su consentimiento, se detuvo a tiempo,

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