Capítulo 287 Bromeando
Sara parecía como si alguien le hubiera atrapado el cuello, y tardó un buen rato en poder hablar.
Miró alrededor por largo tiempo y volvió a adoptar una postura débil y vulnerable, diciendo con agravio: —Te amo, por eso quiero casarme contigo.
Pablo soltó una risa fría y se marchó sin mirar atrás.
Sara se quedó parada allí, observando su espalda mientras secaba sus lágrimas y, entre dientes, dijo: —Mónica, ¿por qué sigue Pablo pensando en ti incluso después de que te casaste? Es realmente un enredo sin fin.
Poco después de su pelea, Laura recibió la noticia y llegó al apartamento de Pablo media hora más tarde. Le avisó a Sara con severidad:
—Sara, no seas tan exagerada. Si no fuera por la bondad de don Diego, que insiste en que Pablo responda por el bebé en tu vientre, no tendrías ninguna oportunidad de casarte en nuestra familia Gómez.
—Ya has logrado tu objetivo, así que no hagas más escándalos. Si haces que Pablo se moleste, verás cómo te trato.
—Si no fuera porque don Diego pidió a

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