Capítulo 12
Alicia flotaba en silencio, sin fuerzas ni para mirarse. Como antes, se encogía en un rincón.
Invisible y vacía.
Hasta que, de pronto, volvió a ver a Bruno entrar.
Se le veía abatido. Al cruzar miradas, las lágrimas comenzaron a rodar por el rostro de Bruno.
Los recuerdos le golpeaban con fuerza, cada uno como un puñal.
Había protegido a Alicia toda su vida y, aun así, fue él mismo quien la empujó al abismo.
Recordó cuando un chico le dio una carta de amor y le dijo que, si salía con él, la llevaría en coche de lujo a pasear.
Bruno, al saberlo, llenó el garaje de deportivos solo para que Alicia jugara.
Cuando tenía fiebre, Bruno cancelaba reuniones y volaba más de diez horas solo para cuidarla.
Con cólicos, le preparaba agua con azúcar moreno y la consolaba con ternura.
Le compraba helados, la llevaba a parques de diversiones. Se subían juntos al carrusel.
Todos esos recuerdos, uno tras otro, lo aplastaban. Siempre pensó que el amor de Alicia por él era un error.
No fue hasta perderla

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil