Capítulo 1809
—Tranquilo, no te afanes no soy ningún demonio devorador de hombres, no te haré daño. —Dijo Josefina mientras llevaba a Bernardo de regreso a su habitación.
Sin embargo.
Cuando abrió la puerta de su habitación, la escena que vio enseguida la sorprendió.
La temperatura dentro de la casa era casi la misma que afuera, y el mobiliario era extremadamente simple.
Solo había una desgastada mesa y un taburete.
Luego, junto a la pared, una vieja cama.
En la cama no había ni siquiera un edredón, simples tablones de madera.
Pronto entendió por qué Bernardo prefería estar afuera en lugar de quedarse en su habitación.
Al menos afuera había un poco de sol, mientras que aquí adentro estaba frío como una cueva de hielo.
¿Cómo había sobrevivido Bernardo hasta ahora?
—Siéntate, voy a buscarte algo.
Josefina nunca había visto a alguien en una situación tan miserable como Bernardo.
Se sentía demasiado incómoda.
De inmediato comenzó a buscar algo en su bolso.
Lamentablemente, no tenía medicamento para la f

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