Capítulo 26
—Ay...
—¿Qué otra cosa se puede hacer? Ahora solo hablamos por Instagram un rato al día, y lo único que conversamos es sobre comprar una casa y el dinero que se le entrega a la novia al casarse.
Incluso me pidió que vendiera la casa de mis papás en el pueblo para pagar la cuota inicial de un departamento en Ríoalegre...
¡Guau!
¿Y si vendo la casa del pueblo, qué? ¿Mis papás se van a dormir a la calle?
¡Por favor!
Solo de pensarlo, Félix se llenaba de rabia.
Cuando estaban saliendo, nunca se habían planteado tantas cosas.
Pero al graduarse... Ya no era como antes.
Una casa de cientos de miles de dólares, más cincuenta mil como dote para la familia de la novia... Era una meta cada vez más lejana.
—¡No puedo permitir que mis papás duerman en la calle, ni aunque no me case!
Mis papás me criaron con tanto esfuerzo...
¡Yo no podría hacer algo tan desagradecido!
—Sí, Félix, tienes razón.
Al escucharlo hablar de sus padres, la imagen de los suyos se formó en la mente de Silvio.
Esos rostros ll

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