Capítulo 37
—¡Claro que tengo que invitar!
¡No era nada del otro mundo!
Ahora, con el nivel de salario que tenía Silvio, invitarla a comer no representaba ningún problema.
—Por cierto, Silvio, la próxima semana vamos a contratar modelos para tomar fotos de unos nuevos productos. ¿Podrías venir?
—Claro que sí, Ángeles, contáctame cuando quieras, y si tengo tiempo, con gusto iré.
¡Ni hablar!
¡Cuando se trata de ganar dinero, hay que hacerlo sí o sí!
Durante sus cuatro años de universidad, Silvio se había matado trabajando para ganar algo de dinero.
Y ahora que tenía una oportunidad más relajada para hacerlo, por supuesto que no la iba a desaprovechar.
—Jajajaja...
—Muy bien, Silvio. ¡Ese día te llamo! Con esa carita y ese cuerpazo que tienes, les ganas en un segundo a esas modelitas.
Mientras lo decía, la directora Ángeles extendió la mano y "sin querer" le acarició la mejilla a Silvio.
—...
¡Ah!
¡Ángeles sí que tenía agallas!
¡Se atrevía a tocarlo!
Aunque a él no le dio mucha importancia. Mientras

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