Capítulo 23

Esa noche, Alexandra quedó sumida en un profundo sueño. No se había sentido tan bien en mucho tiempo. Y cuando se paró frente al espejo para iniciar su rutina de la mañana, la rubia podría jurar que había rejuvenecido años. Eso la hizo esbozar una gran sonrisa. Sentía que al fin su vida iba a estar encaminada correctamente. Ahora, sólo tenía que buscar su felicidad. Sin embargo, no esperaba que su perfecta mañana quedara arruinada ni bien salir de su mansión, cuando fue atropellada por una trastornada Octavia. Todo pasó muy rápido y no tuvo tiempo de procesarlo. Lo último que vio antes de empezar a sentir dolor fue cómo la iracunda mujer arremetía contra ella, furiosa. Antes de que pudiera reaccionar, escuchó el sonido de una cachetada y su mejilla ardió de dolor. El sonido del golpe resonó en el barrio cerrado. Atónitos por lo sucedido, todos se apresuraron a acercarse. Sorprendida por el repentino ataque, Alexandra fue incapaz de moverse. “Tú, ¡p*ta roba-hombres!”, le gritó la intrus