Capítulo 92
—Tú... —Al ver el rostro helado de Pablo, sentí de repente un nudo en el pecho. No sabía si estaba siendo exagerada, pero me dieron ganas de llorar.
Salí de la oficina y me quedé parada en la puerta. Respiré hondo un par de veces y miré la puerta cerrada con fuerza.
—¡Animal frío! —Murmuré entre dientes, descargando un poco de mi rabia.
De regreso a mi puesto seguía desanimada, aunque mis compañeros parecían inusualmente excitados: —¡Dios mío, miren esta noticia que acaba de explotar en internet!
—¿Qué pasa? —Mónica se enderezó en su silla, temiendo perderse algo importante.
—¡El Grupo Gómez se declaró en quiebra!
—¿Qué? —Ni yo pude quedarme tranquila; me acerqué detrás de Paula y clavé los ojos en la pantalla de su computadora.
—Revelaron que el Grupo Gómez vendía defectuosos como originales. También que Sergio usó a su esposa para prosperar y luego la traicionó con una amante, volviendo loca a la legítima.
—¡Dios santo, es una bomba! —Paula no podía creer lo que leía.
Ellos no sabían

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