Capítulo 14
Héctor sintió que Julieta había ido a esa cena solo para provocarlo con aquellas palabras.
—Quieres que Elisa y yo nos casemos.
Se limpió la comisura de los labios con elegancia, pero al soltar la servilleta, volcó el vaso de agua.
El líquido se extendió sobre la mesa y terminó goteando en la ropa de Elisa.
Héctor se levantó y, inclinándose hacia ella, murmuró: —Ve al baño a arreglarte.
Con el rostro inclinado, ocultó toda emoción. Solo quería irse, lejos de la maldita expectativa de Julieta.
Elisa le tomó la mano con suavidad; su rostro reflejaba inquietud.
—Yo no me casaré con nadie.
Susurró, intentando una sonrisa ligera:
—Fui ultrajada. ¿Qué hombre querría a alguien como yo? Casarme con Héctor solo arruinaría su vida. Él merece algo mejor.
Se armó de valor y miró a Julieta.
—Así que no digas esas cosas. Solo pondrás a Héctor en un aprieto. Él ya me cuida demasiado; no quiero presionarlo más.
Esa tristeza envuelta en una sonrisa forzada le desgarró el corazón a Héctor. La culpa inva

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