Capítulo 623
"Mis disculpas, Cuarto Maestro."
La voz repentina interrumpió el momento.
Un sirviente llegó corriendo, con pasos apresurados y el rostro tenso por la ansiedad. Sin aliento, con el ceño fruncido, se acercó a Robert como si estuviera preparado para recibir un castigo en el acto.
"Cuarto Maestro, fue mi culpa por no vigilar más de cerca al perro", dijo, inclinando la cabeza. Su tono estaba cargado de remordimiento, cada palabra cargada de culpa.
Sin otra pausa, se agachó junto a Pudding y extendió la mano.
"Pudín", llamó suavemente, en tono persuasivo.
Pero el pequeño bulldog francés no se movió.
En cambio, Pudding se presionó aún más cerca de la pierna de Eleanor, su pequeño cuerpo cálido contra su pantorrilla, su terquedad evidente en la forma en que su cabeza se inclinaba hacia ella.
El sirviente dudó. Entonces, incapaz de esperar más, extendió la mano para coger al perro en brazos.
Solo para que Pudding emitiera un gemido lastimero y se acurrucara con más firmeza contra Eleanor, como

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