Capítulo 637
En el momento en que Eleanor entró, el cambio fue palpable.
La risa que había llenado la sala se apagó como una llama en el viento. Un silencio incómodo se apoderó de los invitados, pesado y sofocante.
Eleanor no necesitó hablar. Simplemente les lanzó una fugaz mirada de reojo; sus ojos claros brillaban con una agudeza glacial. Aunque límpidos, su mirada tenía un filo gélido que calaba hondo. Una sola mirada bastaba para hacer que se les cerrara la garganta y les latiera el corazón desbocado.
Los invitados se pusieron rígidos, con un terror gélido enroscándose en sus pechos. Casi instintivamente, bajaron la mirada, incapaces, reacios a encontrarse con la de ella.
Serena, Eleanor regresó a su asiento con naturalidad, como si solo ella fuera dueña del ambiente. Dejó que su mirada se desviara con indiferencia hacia la sección donde estaban sentados los invitados civiles.
Robert acababa de ocupar su lugar. Incluso a la distancia, su presencia era innegable. Alto, delgado e impecablemente s

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