Capítulo 20
Mientras Rubén hablaba, Isabel se abrazó la cabeza y lloró y gritó frenéticamente.
Ella sintió como si nunca hubiera conocido realmente a Rubén, esa sensación de opresión casi no le permitía respirar.
—Rubén, ¿qué quieres hacer…? Yo hice todas esas cosas para que pudiéramos estar juntos.
—¿Cuándo dije yo que iba a estar contigo? Micaela siempre ha sido mi esposa y tú nunca podrás reemplazarla.
Su voz era fría, como el preludio de una tormenta, y eso hizo que Isabel temblara; las lágrimas brotaron de sus ojos mientras lo miraba con miedo.
—¡Claramente no te importa Micaela! Si de verdad te importara, ¿te acostarías conmigo en la misma cama? Si te importara, ¿serías capaz de lastimar su cuerpo? Si te importara, ¿serías tan bueno conmigo?
—¡Sé que también tienes un lugar para mí en tu corazón! ¡Tú no quieres tanto a Micaela!
Isabel gritó con todas sus fuerzas, pero solo consiguió que la mirada de Rubén se volviera aún más fría y oscura.
—¿Tú te atreves a compararte con Micaela? ¡No eres n

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil