Capítulo 10
Marta se marchó satisfecha y Norma empezó a revisar la lista de tareas con la cabeza baja.
Tanto ella como Elena sabían bien que aquello eran trabas, pero para poder irse sin contratiempos, no tenía otra opción más que cumplir con todo al pie de la letra.
Durante varios días, trabajó casi hasta la medianoche, bebiendo taza tras taza de café, solo para enumerar con sumo cuidado cada detalle de los siete años de arduo trabajo, con el fin de satisfacer las demandas irracionales de Marta.
Días después, cuando con gran esfuerzo llevó una parte del informe ya preparado a la oficina de Federico, las ojeras bajo sus ojos eran tan oscuras que ni el maquillaje lograba ocultar.
La mirada de Federico se detuvo por un instante en su rostro pálido y agotado, y frunció ligeramente el entrecejo.
Pero al final, no dijo nada. Simplemente tomó los documentos con evidente indiferencia.
Cuando Norma salió de la oficina, la secretaria de Federico, una mujer madura y siempre cordial, la detuvo con cara de pr

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil