Capítulo 22
Solo quedaba un poco de trabajo por terminar, y no le tomaría mucho tiempo.
Después de ocuparse de todos los asuntos, Norma se estiró largamente antes de levantarse para volver a casa.
No había imaginado que Federico también regresaría ese día. En el último tiempo, él había estado volviendo con una frecuencia inusual a aquel departamento compartido, a pesar de tener varias propiedades mucho mejores a su nombre.
Mientras Norma pensaba en eso, Federico ya se había acercado a ella, con la mirada oscura y profunda: —Norma, cuando me llamaste aquella vez para pedirme dinero prestado, ¿fue porque la señora Amelia estaba enferma?
Norma no entendió por qué él volvía a sacar aquel asunto. En sus ojos se reflejó cierta confusión, pero aun así asintió levemente.
—¿Entonces por qué no lo dijiste claramente en ese momento?
—Preguntó él, mientras sacaba un cheque. —Aquí tienes los ciento cuarenta mil dólares que querías pedir prestados...
Sus palabras fueron interrumpidas por una risa fría y breve d

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