Capítulo 1664

La comisura de los labios de Alicia se curvó con frialdad: por fin había llegado el momento. Después de colgar el teléfono, regresó al área de oficinas con el eco firme de sus tacones; no pasó mucho tiempo antes de que viera entrar a un hombre de mediana edad acompañado de varias personas. Lo miró de reojo, sin moverse ni salir a recibirlo. Muy pronto, la puerta de su oficina se abrió. La voz jovial de Ixar se dejó oír. —Señorita Alicia, por fin nos encontramos. —Señor Ixar, un gusto saludarlo. Alicia se adelantó para estrecharle la mano. —Siempre había querido conocerlo. Al fin y al cabo, usted es mi mentor. Si no fuera por su quehacer, yo no habría pasado de ser una diseñadora desconocida a convertirme en alguien con un poco de renombre, ni habría recibido la invitación de Grupo Martínez. —Señorita Alicia, usted es demasiado humilde; con una mujer tan capaz como usted, por supuesto que debía descubrirla. Lo que lamento es no haber tenido antes la oportunidad de encontrarme con usted.