Capítulo 1665
Después de que Alicia terminó su trabajo, echó un vistazo al teléfono y recibió un mensaje de Ixar.
Era de un club privado.
Efectivamente, un viejo siempre sería un viejo.
Había estado rondando a Ixar durante tanto tiempo que, en ese momento, él seguramente ya estaba impaciente.
Al fin y al cabo, en los ojos de Ixar, después de haberle conseguido un puesto en el Grupo Martínez, ella debía darle algo a cambio.
Alicia entró en el ascensor y sacó un pintalabios para retocar su maquillaje.
Un par de zapatos de cuero apareció en el ascensor; Roberto, al ver la acción de Alicia, entornó los ojos. —De verdad que tienes hambre.
Alicia guardó el pintalabios. —Claro, a esta hora ya es la comida, ¿cómo no voy a estar hambrienta?
Las puertas del ascensor se abrieron y Alicia salió.
Roberto la siguió. —No vayas a lanzarte en la boca del lobo, no sea que al final termines herida; la verdaderamente afectada sería Aurora.
Alicia se giró. —Gracias por tu preocupación.
Roberto blanqueó los ojos; aquella

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