Capítulo 853
Alicia bajó la mirada, observó su mano y dijo: —Entonces, ¿tienes una mejor idea?
—Claro que sí: bajarnos del auto, entrar y razonar con ellos.
En los ojos de Alicia brilló una pizca de sorpresa. ¿De qué servía razonar con la familia Pérez?
Estaban desesperados por dinero, ¿cómo iban a escuchar razones?
Roberto detuvo el auto frente a la Casa Pérez: —A ti no te sirve razonar, pero yo sí puedo. Al menos deben saber que te respaldo. Si no los presionamos, ¿cómo los haremos caer en la trampa?
Alicia pensó que tenía sentido.
Pero ella acababa de salir de la Casa Pérez, ¿y ahora regresaría tan pronto?
Esta vez, Roberto bajó la ventanilla, se identificó con autoridad y condujo directamente al interior.
Alicia vio la expresión serena de este hombre y pensó que, efectivamente, no por nada era el heredero de la familia González.
Como sabían que era el auto de Roberto, nadie intentó detenerlos.
Roberto ni siquiera se molestó en estacionar; cruzó el césped y frenó justo frente a la puerta princip

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