Capítulo 855

Alicia y Roberto se quedaron en la Casa Pérez, sin intención de marcharse. Roberto, con total desenfado, pidió a la familia Pérez que les sirvieran fruta y algo de comer. Para ser sincera, ni siquiera Alicia era capaz de mostrar la misma tranquilidad y desparpajo que Roberto. Si no fuera porque él la acompañaba, Alicia seguramente no habría podido mantenerse tan serena. No fue hasta que casi caía la tarde cuando Belén finalmente bajó las escaleras. En el instante en que Alicia vio a Belén, sus ojos se enrojecieron de inmediato y corrió directamente hacia ella: —¿Estás bien? —Estoy bien. Belén negó con la cabeza, pero sus ojos también se volvieron rojos. Aunque ella siempre fingía estar tranquila, al ver a su mejor amiga, finalmente no pudo resistirlo; las emociones negativas la desbordaron en un instante. Alicia abrazó directamente a Belén: —Ya está, yo te sacaré de aquí. Belén se quedó paralizada. Miró a Roberto, que estaba sentado en el sofá, y pensó que probablemente Alicia había po