Capítulo 269
—Te equivocas —le dije, y aparté bruscamente mi mano de la suya—. Deberías luchar por ese dinero solo porque es de Siena. ¿Cómo le vas a decir que papá dejó que su tío le quitara el dinero porque era demasiado débil para luchar por ella?
—No es eso —se defendió Cristian—. Estoy protegiendo a nuestra familia.
—Ah, ¿en serio? —Me reí entre dientes—. ¿Y qué tal si dejas que la chica con la que me engañaste se quede aquí vigilando el piso como si yo fuera el problema?
—¡Paz! —me advirtió Cristian—. ¡Para ya!
¿Sabes qué? Quizás debería subir y matarla como ella arruinó nuestra relación. No puedo creer que te importe más su bienestar que el dinero de tu propia hija...
—¡Cállate! —me gritó Cristian en la cara—. ¡Cállate!
Me sorprendió su tono y me preguntaba de dónde sacaba tanta confianza. "¿Cállate?", dije, confundida. "¿A quién le dices que se calle? ¿Quién te crees que soy? ¿Estás loca?"
—Paz, no sé qué me pasó. ¡Lo siento! —se disculpó Cristian, pero me alejé de él—. Te estás acostumbran

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