Capítulo 87 Él tiene una prometida

Nora decía con la boca que no, pero el arco de su barbilla se alzaba aún más. Lo acompañaba en el roce de labios y dientes, sin mostrar la menor intención de apartarse. Él tenía los párpados entrecerrados; Nora no podía distinguir su expresión, pero escuchaba su respiración. Con el oído pegado a su pecho, percibía claramente cómo el ritmo de su aliento comenzaba a acelerarse. Justo cuando Nora apretaba sus brazos alrededor de él y un sonido estaba a punto de escapársele de los labios, él giró de repente la cabeza y la soltó. —Sal. Ordenó con voz grave, sin siquiera levantar los párpados. El calor que recorría el cuerpo de Nora descendió de golpe, hasta congelarse. Se incorporó lentamente, dio unos pasos obedientes hacia atrás sin decir nada y luego se arregló la ropa. Con voz baja dijo: —Entonces, me voy. Él habló desde atrás de repente, su voz aún con un matiz ronco: —Renuncia. Depositaré el dinero en tu cuenta cada mes. Nora se detuvo en seco. Tras unos segundos de silencio, se volvi