Capítulo 19

La persona que salvó a María fue precisamente aquel hombre del todoterreno que, tiempo atrás, la había llevado a despedirse de su abuela por última vez. Aunque entonces llovía a cántaros y ya era de noche. Él había bajado la ventanilla para preguntarle por su situación. Movida por la gratitud, María grabó en su memoria sus facciones duras y, al marcharse, dejó en el auto todo el dinero en efectivo que llevaba en el bolso. —Hola, me llamo José Pérez. —Hola, yo me llamo María. Gracias por salvarme. Antes ya nos vimos una vez en mi país: fuiste tú quien me llevó al hospital, ¿lo recuerdas? José sonrió. —Lo recuerdo. No pensé que volveríamos a encontrarnos. José sí recordaba a aquella muchacha. En aquel entonces, estaba de vacaciones y se topó, por casualidad, con una persona desesperada que intentaba detener un auto en la carretera. María estaba en un estado lamentable y parecía tan angustiada, al borde del colapso, que él decidió llevarla al hospital. Nunca habría imaginado que, al bajar