Capítulo 44 Admiración sincera por Diego
Diego rara vez hablaba con ese tono en privado, lo que significaba que ya había tomado una decisión.
—Entonces, gracias, jefe Diego.
...
Al llegar al Grupo Ruiz, Diego fue directamente a la sala de reuniones.
Rosa sentía que él parecía estar en reuniones interminables todos los días.
Ella cargó su bolso y fue directamente a buscar a Elisa. Al ver a esa persona, de inmediato entendió por qué le resultaba tan familiar su voz. ¿No era acaso aquella que, cuando estaba en Monte Azul, bloqueaba la puerta para que no entrara mientras pedía un contrato a Diego?
—Señorita Rosa. —Elisa no mostró sorpresa alguna, como si ya supiera quién era.
—¡No hace falta tanta formalidad, llámeme Rosa! —dijo ella. Estaba allí para formarse, es decir, aprender de Elisa, y no podía permitir que la llamaran "señorita Rosa" cada vez que hablaban.
Al oír eso, Elisa se sintió un poco halagada.
—No, es que el jefe Diego me pidió personalmente que te guiara, así que mejor te llamo "señorita Rosa".
Elisa había estado

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