Webfic
Abra la aplicación Webfix para leer más contenido increíbles

Capítulo 5 El tatuaje de Diego

Además, aquel tatuaje parecía llevar mucho tiempo en su piel, no como si se lo hubiera hecho recientemente. Si lo que dijo Sara era cierto, entonces ese "0825" debía ser la fecha de cumpleaños de la persona que amaba. Al fin y al cabo, Rosa conocía la fecha de cumpleaños de Diego, era en abril. El presidente del Grupo Ruiz y su esposa, es decir, los padres de Diego, cumplían en julio. Por supuesto, con ella tampoco tenía ninguna relación. Su cumpleaños era el 14 de noviembre. Ninguno de esos cuatro números coincidía con ella. Pensándolo bien, para que Diego, un hombre tan frío y distante, llegara a hacerse un tatuaje tan impulsivo y un tanto infantil, debía estar realmente enamorado de esa persona. De pronto, Rosa se arrepintió de su comportamiento impulsivo de la noche anterior. ¡Cómo no se le ocurrió preguntar antes si el jefe Diego estaba soltero! Aunque Diego fuera guapo, hábil y con un cuerpo espectacular, Rosa tenía principios morales: por muy atractivo que fuera un hombre ajeno, no debía tocarlo. —Sara, ¿sabes si entre las personas cercanas al jefe Diego hay alguien que cumpla años el 25 de agosto? —¡Cómo voy a saberlo! Nuestro Grupo Aurelio no es más que una pequeña filial del Grupo Ruiz y ya domina el 70 % del mercado nacional de las inversiones más cotizadas. ¡Diego es el presidente de todo el Grupo Ruiz! No estoy a la altura de enterarme de sus chismes. ... No tuviera derecho a saberlo, sabía bastante. De repente, a Sara se le ocurrió algo. —Espera, creo que la abogada principal del Grupo Ruiz, Clara Vargas, cumple años en agosto. Vi su currículum; es la típica mujer guapa y de buena familia. Antes, cuando ella asistía a eventos con nuestro jefe Diego, incluso salió en las noticias. ¡Déjame buscarte una foto! —No hace falta —la interrumpió Rosa antes de que siguiera hablando. Con eso, ya podía imaginarse toda una telenovela de amor y lujo entre familias poderosas. Con razón Diego había sido tan cortante aquel día, estrictamente profesional y sin tenerle un mínimo de consideración. Seguro temía que ella dijera algo inconveniente. Así que, a propósito, él mostraba ante los demás una actitud como si apenas la conociera, marcando distancia. De ese modo, aunque ella realmente dijera algo inconveniente, nadie lo creería. Je, je. Para llegar a ser presidente, había que tener gran inteligencia, sin duda. Colgó el teléfono y Rosa volvió a su habitación. Se lavó un poco y, tras ponerse ropa holgada, encendió el ordenador para integrar la información del nuevo proyecto. Ahora, con los elevados gastos médicos mensuales de su madre, no tenía tiempo ni cabeza para pensar en asuntos amorosos. Sus dedos volaban sobre el teclado y ni siquiera se dio cuenta de que, al lado, su celular se había iluminado varias veces en silencio. Una vez agotada, decidió dejar el resto para el día siguiente. Cuando volvió a ver su teléfono, vio en la pantalla tres solicitudes de llamada perdidas de Diego hacía cuatro horas y también un mensaje por Facebook. [Despierta, respóndeme]. ¿Para qué la buscaba? Seguro quería advertirle que no dijera nada o, quizá, para ofrecerle dinero por su silencio. Pero si aceptaba ese dinero, sería casi lo mismo que venderse. Rosa se detuvo un instante y tecleó: [Lo de anoche no pasó, no se lo diré a nadie]. Pero, al momento de enviar el mensaje, cambió de opinión y directamente eliminó a Diego de su Facebook. Así, él debería quedarse tranquilo, ¿no? Dejó el celular a un lado y se quedó dormida. Hasta que la despertó la llamada de Miguel. —Pásale el contrato del proyecto a Belén. —Miguel, yo... Ni siquiera la dejó terminar, él colgó de inmediato. No le dio oportunidad de explicar nada. Rosa no tuvo más remedio que levantarse para buscar el contrato del proyecto, pero por más que revisó su equipaje, no encontró la carpeta. Recordaba claramente que, al llegar al hotel, la había sacado para comprobarla. De pronto, Rosa quedó petrificada. ¡Maldita sea...! Estaba segura que aquella mañana, al huir con tanta prisa, había dejado el contrato en la habitación 1501 y Diego lo había recogido.

© Webfic, todos los derechos reservados

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.