Capítulo 110
Cuando una persona empieza a tener expectativas, se vuelve insensible ante los innumerables momentos de desilusión.
Andrea estaba de pie frente a la habitación del hospital, con una caja de comida en una mano y los papeles del divorcio en la otra.
A Salvador no le gustaba la comida de los restaurantes cercanos al hospital, así que cada día le pedía a Clara que le preparara algo y se lo llevara personalmente.
Hoy, como Andrea iba a venir de todos modos para hablar con él sobre el divorcio, decidió no hacer que Clara hiciera el viaje adicional.
Simplemente lo trajo todo ella misma.
—Señor Salvador, me duele mucho la pierna...
Desde la habitación VIP se escuchó una voz femenina, suave y coqueta.
Y también la voz paciente y tierna de un hombre, que la mimaba con sumo cariño.
Poco a poco, el tono de las voces cambió...
Las dos personas adentro estaban besándose.
El sonido de la intimidad era tan confuso que podía hacer sonrojar a cualquiera.
Andrea permaneció fuera de la habitación.
A veces

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