Capítulo 21
En el horizonte, la lluvia caía, el viento helado soplaba por todas partes, y al bajar la cabeza, se veía un suelo completamente blanco.
Salvador respondió incrédulo.
—Tú, mejor piensa primero en cómo vas a llenar el estómago. —Le lanzó una mirada de asco y desprecio antes de girarse y volver al auto.
—Estafador. —Añadió con desdén antes de marcharse.
Salvador volvió a encender el auto y pisó el acelerador de inmediato.
Aún seguía repasando mentalmente lo ocurrido.
¿En qué época estábamos ya, y todavía existía ese tipo de estafadores tan burdos?
Ese tipo de gente solo podría engañar a alguien como Andrea, aquella boba.
Tan pronto como pensó en Andrea, una oleada de fastidio volvió a invadirle el pecho.
¡A su edad y aún creyendo en esos estafadores de manual que ni los niños se tragan ya!
No sabía si decir que era ingenua o simplemente estúpida.
Salvador encontró a Andrea a medio camino. Ella iba vestida con ropas delgadas, en la mano solo llevaba una sombrilla, sin bufanda ni tampoco a

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