Capítulo 74

De inmediato, Darya le arrimó el ramo de tulipanes a su hermano. —Por supuesto que son para ti —exclamó. Rápidamente, Callan olió de forma exagerada las flores. —¡Eres tan dulce! Me conmueves, muñequita querida —dijo él mientras se inclinaba para dedicarle una sonrisa a Darya. —¿Cómo sabes que soy yo? —cuestionó ella y puso los ojos en blanco. —¿Crees que no puedo reconocerte solo porque llevas un par de gafas de sol gigantescas? —respondió él. —Yo también me cambié el pelo —añadió Callan mientras se pasaba una mano por el pelo corto con mechones azul neón. —Y mi atuendo —continuó y sacó pecho, asegurándose de que Darya pudiera ver bien su camiseta blanca suelta y sus vaqueros holgados que le caían de la cintura. —Vamos, salgamos de aquí antes de que tus fanáticos se abalancen sobre nosotros —indicó Darya sin perder el tiempo mientras admiraba el camuflaje de su hermano. No tuvo el valor de decirle que sin importar cuánto intentara disfrazarse, cualquiera que lo conociera bien lo recon